Higiene del sueño

Higiene del sueño

Lo primero que descubrimos de eso de cosas de higiene de sueños es que resulta bastante incómodo ducharse durante el sueño porque por mucho que nos sequemos también durante el sueño, el colchón se queda empapado, sí, durante el sueño. Y eso nos puede hacer coger un resfriado durante el sueño que quizás no se nos vaya al despertar, igual que las paperas no se quitan durmiendo ni al revés.

Hagamos una cosa. A partir de ahora, la frase “durante el sueño” la dirá el amable lector con su voz interior a intervalos regulares, liberándome a mí de la tarea de relanzar la macro de teclado, porque es cierto que uso un teclado aparte de unos escripts de espamear.

La mayoría de médicos se refiere a eso de comerse seis lechugas enteras antes de la piltra, y no dormir cerca de maquinaria hidráulica a pleno rendimiento, ni cerca de bombardeos experimentales, ni de alimañas sedientas de nuestra sangre ni de sordos aficionados a los platillos.

Pero yo me refiero a, exactamente, afeitarnos y peinarnos bien antes de ir a dormir, y envueltos en un precioso albornoz blanco recién duchados y con un lazo en la cabeza y una uña del pie pintada. Esa es la manera más correcta, a mi entender, de guardar una correcta higiene del sueño, cosa que por otro lado no hace ninguna falta.

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